Hay muchas mentiras en este mundo mentiroso, pero una de ellas está continuamente entre los navegantes en la red. Al instalar un programa y demás quehaceres nos piden la aceptación. En ese cuadrito en blanco, nuestra mano guía al ratón casi inconscientemente y sólo con eso ya hemos leído y aceptamos las condiciones de uso. Pero en realidad no leemos todo el texto, nos parece poco importante y las consecuencias no llegarán.
Hasta la gente que cree que no miente, sin querer lo hace. Pues yo me sentí como el programa, engañada, cuando el me dijo "siempre estaré a tu lado y te quiero conmigo siempre", "sin ti muero" ¿Sabéis dónde está? Yo tampoco, pero a mi lado no es.
Esa gran mentira no sale de mi cabeza, han pasado meses y nada volverá a ser como antes, él no me quería conmigo siempre. Me habían dicho infinidad de mentiras pero ninguna tan dolorosa como aquélla.
Y hoy pienso que debe haber muerto puesto que el individuo está sin mi compañía, pero, para mi asombro, está más vivo que mis ganas a abandonar, y eso ya es decir.
Mis lamentos son en vano pues no creo que a su mente lleguen y aprenda de su error. Pero tampoco quiero que regrese a mi vida porque la desconfianza cortaría las flores de nuestro jardín y siempre quedaría desnudo de amor.
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