Te digo la verdad
Era la tarde de un lunes maravilloso, en el que me sentía muy feliz, y a la vez enamorada; ya que esa misma mañana había conocido a un chico encantador y que era muy guapo. Se llamaba Samuel, tenía la misma edad que yo, y muchas cosas en común. Yo solo lo conocía de esa misma mañana, pero veía una luz que resplandecía en el fondo de mi corazón cada vez que pensaba en él.
Una de mis amigas me lo había presentado porque le parecía encantador, pero ella ya había intentado ser su novia, y no lo había conseguido. Entonces, pensó en presentármelo haber si yo tenía la posibilidad. Al parecer si la tuve, porque a la semana siguiente ya estábamos saliendo.
Cuando le dije a esa compañera nuestro secreto, que habíamos estado escondiendo durante dos semanas, no se lo creía . Y yo por más que le decía la verdad no terminaba de convencerse. Hasta que le di la opción de que Samuel se lo contara. Este le dijo toda la verdad y nada más que la verdad.
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