Querida abuela, ha pasado mucho tiempo desde mi ida a Suecia, hace ya años que no recuerdo tu voz ni tus abrazos, y creo que era hora de descubrir mi paradero. Debido a que eres la persona en quien más confío, espero que esta carta llegue a tu destinatario y mis padres no lo lean.
Aquí, estoy viviendo con mi marido, mis hijos, la niña ya va al colegio y dentro de un año hace la comunión y el niño esta aprendiendo a leer, y nunestras mascotas. Los niños están creciendo muy sanos y fuertes. La verdad es que no me puedo quejar, mi trabajo va bien, el de mi marido, mejor aún. Y los vecinos son muy amigables.
Pero esta carta te la escribo porque quiero que me recuerdes como tu querida nieta, aunque esté lejos, la distancia es sólo un número, pero el amor de abuela, la distancia no lo puede eliminar. Desde aquí, con la mano en el corazón espero que en estos momentos sientas el beso que te envío, lleno de amor y calor, para que tus días sigan bien, y quizás algún día cuando me atreva a dar la cara podamos vernos y volver a sentir el cariño que desprende el rencuentro de abuela y nieta. Temo que sea demasiado tarde, y no llegue a tiempo ni de despedirme, pero tengo fe ciega en que todo vaya bien para cuando regrese.
Abuela, espero que en unas semanas, cuando leas esta carta, la alegría llegue hasta lo más hondo de tu corazón y sepas que estoy bien y que te quiero mucho.
Y con ésto concluye mi carta querida abuela, recuerdos para todos, aunque no se los puedas dar y larga vida.
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