En la madrugada
En la madrugada nos encontrábamos mirándonos fijamente el uno al otro, tus ojos brillaban como la misma luna y tu pelo volaba junto a la brisa. Estuvimos hablando toda la noche, era el momento perfecto para compartir lo que sentía por ti, ¿por qué no me atreví? ¿Merecía la pena?, el problema era que no estaba seguro de tu respuesta. Pero de forma extraña, como si me hubieses leído la mente, comenzaste a decirme lo que sentías. No me creía lo que me contabas, estaba alucinando, hasta que acercaste tus labios junto a los míos y me besaste, fue una sensación formidable. No pude dormir en toda la noche, creo que me enamoré.
Hola, Miguel Ángel:
ResponderEliminarExcelente texto lleno de bellas letras; me gusta muy romántico, una noche mágica.
Un abrazo.