Querido mar:
Es hermoso ver cómo el sol se consume en ti y vuelve a salir intacto cada mañana. Te envidio. Te envidio porque eres el lugar de distracción preferido de muchas personas. El lugar perfecto para los enamorados y también para el solitario.
Siempre juego a recorrer con la vista tu silueta azulada, intentando llegar más allá de tu horizonte. Me recuerdas los momentos más bonitos de mi infancia. Lo momentos en los que acudí a ti buscando algún consuelo. Nunca me has dejado sola, ni yo lo haré nunca. Júrame que siempre estarás tan bonito como desde siempre te conocí. Júrame que siempre estarás dispuesto a escuchar mis quejas, ya sean mil.
Querido mar, quiero ser como tú, estar siempre ahí.
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