17 diciembre Florencia, ITA
El terremoto hizo que la alta torre del campanario de Giotto se desestabilizara y cayera cuan largo era. Leonardo contempló, estupefacto, como el gran pilar caía sobre la frágil tienda de su madre.
Solo quedó polvo y destrucción.
-¡NO!
Las lágrimas cubrían su rostro. Sin embargo, oyó una voz que le llamaba. Se dio la vuelta y vio a su madre, corriendo hacia ellos. Había ido a tomarse un café a una pequeña caffetteria de la zona.
-¡Mamá! Mamá... Papá ha muerto.
-¿Qué? – Ahora era la madre la que lloraba. –Pero... ¿Cómo?
- El terremoto. Ha destrozado la casa.
Después de un consuelo mutuo, se pusieron en marcha y buscaron un lugar donde poder pasar la noche. Acabaron en un albergue improvisado para las víctimas del terremoto, donde Leonardo, sorprendido, encontró a sus amigos reunidos, hablando seriamente. Leonardo se unió a ellos. No se creyó lo que le contaron.
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