Mi madre que lo quería mucho, comenzó a contarme historias sobre él, ya que decía que nos parecíamos mucho.
El día en el que cumplí los dieciocho años tuve una visita inesperada. Sobre las dos de la madrugada una luz destellante, que penetraba por la ventana, me desveló. Asustado, me levante, y rápidamente me percate que la ventana estaba abierta, derrepende delante de mí de apareció una silueta, era la silueta de un hombre; una silueta muy familiar. Dicha silueta me empezó a contar su vida y sus vivencias y decía que las mías iban a ser iguales o parecidas a las de él.
Él venía para prevenirme de un mal que me iba a suceder. Algo trágico, un accidente, una muerte, no se, pero algo pasaría.
Esa silueta ya había cumplido su objetivo, avisarme, y por ello antes de marcharse se dejó ver por completo.
Me quedé alucinado, triste, una cosa muy rara;
Esa silueta...Era mi tío.
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