En un día como cualquiera, excepto por la idea de que hoy salía de vacaciones, todo iba normal, ese día me entregaban las notas y por fin llegaba a su fin un año de grandes esfuerzos.
Al terminar las clases me entregaron las notas y resulto que no había suspendido ninguna, eso era una excelente noticia para mí ya que no tendría que hacer nada en las vacaciones y para mis padres, que estarían muy contentos.
De regreso a casa tomé el metro como de costumbre y me puse a escuchar música. Luego de 20 minutos alguien me toca el hombro, era mi amigo Ignacio. Tuvimos una larga conversación hasta que decidimos que íbamos a ir a mi casa y luego iríamos a una fiesta.
Cuando llegue a mi casa estaba mi padre y mi madre ahí, les dije mis notas y se pusieron muy contentos.
Les dije que si podría ir luego a una fiesta y ellos dijeron que si de inmediato.
Ignacio se quedó en la sala de estudio mientras yo me iba a duchar y cambiarme de ropa para la fiesta.
Cuando por fin estábamos los dos listos, nos fuimos, nuevamente tomamos el metro y casualmente nos encontramos con otro amigo de los dos llamado Mauricio. Entonces luego de hablar nos fuimos a un bar.
Allí estuvimos un buen rato hablando de cómo nos había ido en todo este tiempo que no nos veíamos. Resultaba que ese día los 3 habíamos terminado las clases y nos había ido bien a todos.
Pensamos y se nos ocurrió ir los 3 a la playa, en ese mismo momento.
Nos fuimos con lo que llevábamos puesto y dinero.
Al llegar a la playa nos encontramos con una fiesta tremenda.
Estuvimos 3 días de fiesta en la playa, cuando regresamos nos fuimos cada uno para su casa.
Cuando llegue a mi casa, mis padres estaban preocupados y molestos por no avisar que no llegaría, pero luego de unos días se les pasó.
Ese viaje a la playa fue muy bueno, lo pasamos muy bien, fue el primero de muchos otros que tendríamos después.
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