Ya habían transcurrido tres meses y aun así todavía necesito escuchar tú voz, tus miradas, aquellas palabras elegantes que me llenaban por las mañanas, tus dulces labios.
Ya no puedo seguir así, aunque aquello que necesito ya lo he encontrado, te sigo queriendo a ti, era grande sentirte cerca. Pero por si te has olvidado ya, te recuerdo que siempre permaneceré aquí aunque, si vuelves no me digas una palabra elegante, solo mírame porque de tú estado de ánimo depende el mío, de tu mirada mí alegría y de tus besos mi felicidad.
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