Microrrelato.
Levantarme dolido, y solo para mirar tu foto y ver cuando te olvido.
El extraño vecino del sexto
La pasada noche vimos por primera vez al vecino del sexto, una cosa rara y a la vez extraña, porque en los 28 años que llevamos viviendo en este edificio hasta esa noche, nunca nadie lo había visto. Al llegar a su puerta, sacó la llave y la introdujo en la cerradura, le dio dos vueltas, sin embargo la puerta no se abrió. Se había equivocado de llave tenía que coger la correcta o no conseguiría abrir, cambó de llave y volvió a introducirla, esta vez eligió la correcta, menos mal, porque estaba empezando a ponerse nervioso pues no quería que ningún vecino pasase y lo viera allí, no le gustaba nada hablar con la gente, mucho menos con vecinos. Siempre era muy precavido, es decir, tomaba las medidas necesarias para no encontrarse con nadie en el camino. Era un poco autista, osea que no se relacionaba. Tolos los vecino pensaba que era un hombre muy extraño, al no saber nada de él, no era extraño solo que a él no le gustaba que nadie se metiera en su vida. Ningún vecino sabia como se llamaba, aunque él sabía como se llamaban todos y cada unos de sus vecinos.
Oración compuesta coordinada copulativa.
Oración compuesta coordinada adversativa.
Oración compuesta coordinada disyuntiva.
Oración compuesta coordinada explicativa.
Una palabra elegante.
Me siento mal, debido a que ya no miras por mí, siempre he estado ahí para ti, pero ya todo ha cambiado, tú ya no eres la misma. Desde que te fuiste, todo son peleas entre nosotros, ya no me dices ninguna palabra elegante como antes, todo son insultos, discusiones, golpes, etc.
Me cuesta entender el por qué de este mal estar generado entre nosotros cuando antes siempre estábamos juntos, nos queríamos, nos apellábamos, nos reíamos…
Ha sido muy difícil quitarte de mis pensamientos, porque tú lo eras todo. De vez en cuando te recuerdo, debido a que yo no era nadie si no estabas tú, pero ahora he intentado afrontarlo y seguir adelante, pero eso sí de vez en cuando te recuerdo y me pongo triste como lo estoy ahora.
Aquel aeropuerto pudo ver muchos más besos verdaderos que en las bodas.
Ya habían transcurrido tres meses y aun así todavía necesito escuchar tú voz, tus miradas, aquellas palabras elegantes que me llenaban por las mañanas, tus dulces labios.
Ya no puedo seguir así, aunque aquello que necesito ya lo he encontrado, te sigo queriendo a ti, era grande sentirte cerca. Pero por si te has olvidado ya, te recuerdo que siempre permaneceré aquí aunque, si vuelves no me digas una palabra elegante, solo mírame porque de tú estado de ánimo depende el mío, de tu mirada mí alegría y de tus besos mi felicidad.