LOS ZAPATOS DE BALLET
El pasado verano Bertín Osborne se alojó en una casa en primera fila de la playa de Tasarte. Tuvo que veranear allí porque iba colaborar en un spot publicitario de la crema bronceadora Babaria.
Durante esos tres meses decenas de personas visitaban Tasarte, ya que, no salían de su asombro al saber que iba a estar instalado ahí durante todo el verano.
Se convirtió en un ritual que Bertín todos los fines de semana almorzara con diferentes paisanos, hasta que conoció a la pequeña Guacimara y Ayoze, padre e hija del municipio de Santa Lucía. Tras pasar varios días conociéndolos, Bertín optó por invitarlos a su casa el resto de los días que este estuviera allí, ya que, era la familia más desfavorecida del lugar.
Él era un humilde pescador desde joven, que se enamoró de una chica del pueblo con la que más tarde tuvo una hija,Guacimara ,la cual desde pequeña era una amante del baile como su madre.
Cuando solo quedaban dos días para que Bertín regresara a Mallorca, Guacimara se puso malita y no pudo despedirse de él. Pero Bertín no dudó en dejarle un regalo por haber pasado todo un verano con él, un regalo que Guacimara siempre había querido, "unos zapatos de Ballet".
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