Bebiendo con un extraño.
Todo sucedió muy rápido… Era una noche muy oscura cubierta de una densa niebla. Cuando despertó no recordaba nada. Un inmenso dolor recorría todo su cuerpo y un tímido pitido retumbaba en sus oídos. Era la habitación 204 de un hospital perdido en algún pueblo de Italia, el mismo sitio donde Marisa había pasado la noche anterior acompañada de un misterioso chico que había conocido unos días antes.
Brian, así se llamaba el chico, era un apasionado de los viajes, afición que no había cesado a pesar del nacimiento de su hija Laura hacía ya unos doce años, a la que, para aliviar el vacío de su ausencia, había regalo un adorable cachorro de labrador.
Tras la muerte de su esposa, Brian realizó el viaje que daría un vuelco a su vida. Aprendió a utilizar el mundo de las drogas a su favor para aprovecharse de las chicas. Siempre utilizaba la misma técnica: un cóctel "especial" combinado con una dulce mirada que las hacía caer – literalmente- rendida a sus pies.
En una de esas noches, mientras se disponía a utilizar la técnica del cóctel con Rebeca, algo le salió mal y alguna de esas pastillas cayó también en su bebida. Fue una sobredosis lo que terminó con su vida.
En la habitación 204… Todo sucedió muy rápido
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